3 tips para dejar de procrastinar

crecimiento Feb 22, 2023

¿Alguna vez has tenido una tarea importante que hacer y sigues encontrando excusas para no hacerla? Yo también, a todos nos ha pasado en un momento u otro. En mi caso, pensaba que era muy perfeccionista y que necesitaba más tiempo para desarrollar mejor la idea, adquirir más herramientas o cualquier otra excusa para retrasar la realización del proyecto. Y lo que descubrí con el tiempo es que no es perfeccionismo… es miedo.

En muchísimas de estas ocasiones mi equipo me dijo: “Keiny, tu lo que tienes es miedo a fallar”, y es verdad. En ese momento dejaba de hacer las cosas o las posponía una y otra vez, y eso no está bien. Esto es un círculo vicioso en el que pones a un lado alguna responsabilidad y decides, en su lugar, realizar otra que te genere satisfacción instantánea como ver una película o que te genere un falso sentido de responsabilidad como limpiar tu bandeja de correos. Al posponer una tarea por mucho tiempo, el sentimiento de culpa aumenta y, para distraerte, realizas más actividades que no se relacionen con la tarea pendiente. 

En mi investigación para entender la procrastinación y cómo detenerla, encontré un estudio realizado por Joseph Ferrari, psicólogo de la Universidad de DePaul y experto en la procrastinación, quien explica que el 20% de la población norteamericana sufre de procrastinación crónica. También explica que no tiene nada que ver con la gestión del tiempo y se trata, más bien, de un mecanismo de auto-ayuda o auto-preservación. Debido a esto, Ferrari sugiere que la solución a este problema es tener la suficiente madurez emocional para lidiar y enfrentar nuestros sentimientos. Mientras más en contacto estés con tus emociones, podrás realizar tus tareas con mayor eficiencia.

Sé que uno no deja de procrastinar de la noche a la mañana, pero mientras tanto te dejo tres paso para empezar:

RECONOCER POR QUÉ ESTÁS EVADIENDO

No eres perfeccionista ni flojo; tienes miedo. Cuando procrastinamos evadimos los sentimientos desagradables que acompañan la realización de la tarea. La procrastinación es, esencialmente, miedo al fracaso. Por eso hacemos otras actividades placenteras en lugar de trabajar; vemos televisión, revisamos las redes sociales o leemos un libro. Todo para no tener que afrontar nuestros sentimientos y esto es solo una solución temporal a un problema que seguirá estando ahí hasta que decidas afrontarlo. Al reconocer y aceptar nuestras emociones, podemos empezar a manejarlas y así podremos empezar a realizar nuestros pendientes con mayor facilidad.

PERDÓNATE POR PROCRASTINAR

El estudio realizado por Ferrari que te comenté también demuestra que aquellos que tienden a procrastinar suelen ser menos compasivos consigo mismos. Una de las estrategias más eficientes que los procrastinadores pueden emplear es perdonarse por procrastinar. Eres solo humano, no puedes con todo al mismo tiempo. Al perdonarte, reduces el sentimiento de culpa, el cual es, a su vez, uno de los detonantes principales para la procrastinación. Ergo, evadirás menos tus responsabilidades.

EMPIEZA Y YA

Muchos opinan que nuestras emociones deben alinearse con la actividad a realizar y esto es un error. Lo más probable es que nunca estés emocionalmente listo para hacer lo que debes hacer. En lugar de decir “tengo que terminarlo y ya”, intenta decir “lo tengo que empezar y ya”. Esta es una tarea menos amenazante y más alcanzable. Divide la tarea en pequeños pasos a realizar, de esta manera verás mayor progreso, te sentirás más motivado y terminarás la tarea con mayor rapidez.

RECUERDA QUE

No estás solo, no eres un fracaso si no puedes empezar cuando deberías. Lo importante es hacerlo en algún momento y yo siempre digo que mejor hecho que perfecto. No te dejes engañar por tus emociones y simplemente comienza con pequeños pasos que seguro te traerán grandes resultados.

 

Con cariño,

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